20 de julio de 2009

EL UNIVERSO GENEROSO

4 postillas
Hace ya algún tiempo, empezó a existir este Universo nuestro. Por entonces, existía todo y no existía nada. No existían los átomos (¿existen?) y el tiempo empezaba a tener sentido. Un único sentido, hacia adelante. Podía haber tomado otra decisión, pero la cosa es que empezó a avanzar en el tiempo. El Universo, este Universo nuestro, quiero decir.

Entre las cosas inmateriales a que ha dado existencia este Universo nuestro, se encuentran las Teorías deterministas, que dicen contar cómo si Alguien o Algo conociese o hubiera podido conocer las condiciones iniciales de todas las partículas que componían (¿y componen?) este Universo nuestro, lo sabría todo. Podría conocer la ubicación precisa de los núcleos atómicos y electrones que componen la materia gris de mi cerebro, podría conocer las posiciones y velocidades (ay, Heissenberg, perdóname...) de las partículas que componen los objetos (incluyendo a los seres vivos) que me han rodeado durante toda mi vida, y por lo tanto conocería con certeza cómo me influirían dichos objetos. Podría conocer la naturaleza de cada pensamiento que se generara en mi cabeza. Podría saber qué estoy pensando en cada momento. Ese Alguien o ese Algo podría haber escrito mi diario, mi biografía, mi blog, este poste, por anticipado.

¿Dónde quedan las teorías probabilísticas, el azar, la Cuántica, el rolling the dice, etc? Todas esas cosas a las que igualmente ha dado cabida este Universo nuestro, y que sin duda tendrás tú en mente en estos momentos, lo siento, pero no van tener cabida en esta reflexión, dejando para otro momento o lugar la discusión de si Alguien juega a los dados o no.

Es curioso cómo todo, absolutamente todo lo que ha ocurrido en este Universo nuestro desde su amanecer, me ha traído hoy aquí y ahora. Me hizo ser quien fui, y me ha hecho ser quien soy. Me siento profundamente agradecido a este Universo nuestro. Pues toda su historia es mi historia. Todas las causas y todos los efectos me han creado. Y a ti. Y nos hizo encontrarnos, al menos, a través de esta lectura. Me siento muy satisfecho y agradecido a Todo lo que ha ocurrido ya, y a lo que está ocurriendo ahora. Ojalá fuese todo bueno.

Ignorando esos detalles que nos hacen sufrir a veces, debo decir que le agradezco a este Universo nuestro su generosidad, por funcionar de tal manera que yo he existido en su seno, y que entre otras muchas cosas, dedico parte de mi tiempo a pensar en Él. Y cuando lo pienso, y cuando Lo pienso, siento que es muy curioso cómo toda Su existencia permite la mía*. Y es que todo lo que ha acontecido en este Universo tan generoso (y nuestro) me ha traído a mí aquí. Me ha traído a mí hasta ti. Ha traído estas palabras hasta ti. Agradezco tu generosidad, Universo. Espero saberte corresponder aprovechando esta oportunidad que me has brindado de existir. ¡Gracias por tu generosidad!

* Y viceversa: próximamente en este Blog, una reflexión al respecto.

9 de julio de 2009

Un Diáloco sin guión

4 postillas
Escúchame, compadre, tú cómo decías que te llamabas. Pon tú los signos de interrogación, que se me han olvidado. ¿Cómo dices? Que cómo te llamas. ¿Yo? No, el Guarda de la Campana. Yo me llamo Domingo. ¿Domingo? ¿Domingo por qué? Pues porque nací un martes. Ah, claro. Bueno, pues escucha. ¿Siempre vistes en plan "hola soy tu menstruación", o es casualidad? En principio siempre visto así, siempre que sea día festivo. Pues para mí todos los días son una fiesta, un regalo del cielo, un presente. Tenlo presente. Pues mejor para ti. Gracias. De tu parte. Compadre. Qué. Que esto de hablar así de corrido, sin guiones ni indicadores de a quién le toca hablar es un lío. Por la cara, no sé si estás hablando tú o si soy yo. Eso es por el narrador, que es un cachondo, seguramente. Pues seguramente, sí. Se creerá muy gracioso el muy biodefruta. A mí no me hace ni pizca de gracia. Bueno, un poco sí. Porque ahora mismo no sé si soy Domingo o no, ni si es jueves o si es hoy o ayer. Ja ja ja, me entra la risa floja. Pero muy floja, apenas se nota. ¿Tú sabes algo? ¿Yo? No, yo. ¿Quién va a ser? No sé, dijiste antes que el Guarda de la Campana. No, eso lo dijiste tú. Yo creo que no. Joder, esto es un diálogo de truchas en mal estado. Para ti más gordo. No pongas esa cara de besugo, que todavía no me has dicho tu nombre, compadre. No digas embustes, que te lo he dicho ya. No, te lo he dicho yo, que me llamaba Domingo. ¿Seguro? No, seguro no, porque esto es un lío, pero casi seguro que sí. Pues yo me llamo Hugo. Como Bruce. No, como Bruce no. Sí, porque Bruce es el Boss, ¿o no? Me parece que uno de los dos es tonto, y no soy yo. Completamente de acuerdo. Oye, ¿nunca te han dicho ¡Hugo besugo!? ¿Cuándo? Alguna vez. No sé, creo que no. Pues es raro ¿no? No lo creo, porque yo me llamo Domingo. Pues te voy a decir una cosa, desde el respeto. Mañana es domingo, se casa respingo, con una gitana, que tiene unas tetas como una campana. Eso me cantaba mi abuelo de pequeño. Qué chulo, tener un abuelo pequeño. El mío es bastante mayor. Tiene cara de abuelo y todo. Eso no es nada. Yo conozco a una pareja que se acaban de conocer, y están yendo super rápido en su relación. ¿Son pilotos de avión? No. Bueno, a lo mejor. No los conozco mucho. Pero el caso es que se están saltando pasos. Con decirte que me he enterado de que no van a tener hijos, sino que van a tener directamente nietos... Joder, qué nivel. Un nivelasso, sí. Compadre, pon un guioncito de vez en cuando antes de hablar, que no sé si tengo que seguir escuchando o me toca hablar, sabes. Lo que tú digas. Pues claro. Pues no, y bájate del carro. Voy. Ya, ahora qué. Móntate otra vez, pero calladito. Yo no veo ningún carro. ¿Te lo habrán robado? Puede ser, no te digo que no. Anoche cuando dormía. Estoy pensando que no sólo yo soy tonto. Completamente en desacuerdo. Es verdad. Adiós compadre. Y cómprame un coco. Que te lo compre tu padre, que tiene más fuerza. Cabeza. Hugo. Qué. ¡Tarugo! Joder, me has cogido. Te lo dije, que tenías cara de besugo, Domingo. ¡Domingo! Qué. No sé. ¿Cómo que no sé? No sé, tío. No me sale ninguna rima con Domingo. Con un "atríncame el pepino" te valdría, creo yo. Psé, no sé. Preferiría una rima consonante, con consonantes contantes y sonantes, acompañadas de palmas sordas. Y unas aceitunitas. Da igual, la gente no va a saber quién lo ha dicho. Pero yo sí, a mí sí me importa. Un peo pa ti. Tú tampoco te enteras, que lo sé yo, lo sabe tú y lo sabe tooooodo el barrio. Lo que tú digas. No, lo que digas tú. No, tú. Compadre. Qué. Tú no eres mi compadre, para qué contestas ni . Te has contestado tú solo, chaval, a mí me dejas. Completamente de acuerdo. Propiamente. Aquí huele peste, illo. Yo no he sido. Yo tampoco. La peste es psicológica, todo está en la mente. Pero entra por la nariz, ¿no? Creo que sí. Buffff esto apesta. Eso dicen en Umbrete. Pues a mí me gusta, huele a tortilla de papas... creo. Creo que no. Qué bien huele a peste aquí, ¿verdad? La gente no lo nota, pero la belleza de la peste está en el interior. Sí, como cuando huele a zorruno. Qué me gustan los pinchitos zorrunos, macho, que todo hay que decirlo. Bueno, compadre, si no me vas a hablar me voy, que tengo cosas que hacer. Que esto es peor que hablar con un anónimo. Ahí te quedas, Hugo, Domingo, o comoquiera que sea tu verdadero nombre. Dale recuerdos al Guarda de la Campana. De tu parte. No, de la tuya. De la mía no. ¿De la mía, entonces? No sé, la verdad. Hace tela de calor para comer papas en amarillo, colega. Así que vete ya. Eso ya lo has dicho antes. No.