Queridos amigos y amigas que sentiréis la decepción de encontrar un nuevo poste hueco. Queridos blogvidentes de más de dos dientes, que llegaréis a aquí por error, quizás buscando algún dato más sobre el evangelio de San José, o que pasabas a buscar algo acción y reaccón como ración antes de dormir. A todos vosotros, y a los no incluídos por no aludidos en la descripción anterior, perdón. Porque os tengo que comunicar que, por razones ajenas al propio ser, me voy de vacaciones. Y esto significa que no podré publicar con la reciente asiduidad que me carlacteriza, o al menos no con la frecuencia a la que acostumbro estos días. Y eso sin duda, sé que será difícil de asimilar.
Y no es que no tenga nada o mucho que contar, o que escribir. No se trata de eso. Para nada. En este caso, como digo, será por ausentarme (como ya me dijo monocamy en fechas análogas el año pasado, hay soluciones para eso de la incompatible relación vacaciones-blog, pero son carillas aun para mí :D) por vacaciones, quizá camino de las playas de Arimatea,... pero en veces anteriores, la cuestión se debe (o se debió) a que la máquina tragaperras cada vez recibe menos perras, y así se incumple el principio antroblógico. Y claro, como ni yo sé qué estoy diciendo, por culpa de esta siesta truncada por la prisa, me callo. Cayo largo. Corto cambio y cierro el grifo, para cruzar los dedos y esperar encontrar a mi vuelta que los ríos se han llenado de tragaperras y los pozos artesianos manan ganas de post.
Y bueno, hueco o menos hueco, o falsamente hueco, aquí va esto, que también cuenta pues cada paso que pasó contó, y ya van 86 aunque yo lleve 30.
Y ahí estaremos, los dos, o los que seamos ya.
¿Te lo vas a pasar bien?
25 de julio de 2006
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