** Parábola de la elipse **
Luchaban los puntos de una elipse muy famosa por sus derechos como componentes de una curva cerrada en el plano. Luchaban por sus derechos, discutían y se manifestaban libremente. -¡Queremos justicia! ¡Queremos igualdad! ¡Esto es un atropello!- gritaban tangencialmente a las puertas del Tribunal Geométrico Interregional.
Lucharon los puntos de esa elipse tan famosa, por la justa equidistancia al centro (geométrico) de la misma. Insistieron tanto en este punto como creyeron oportuno, convocándose puntualmente frente al Tribunal Geométrico Interregional, y tras el Juzgado de lo Elipsoidal. Éste último, estimó finalmente que en efecto, podría entenderse como un agravio comparativo el hecho de que algunos puntos estuvieran más alejados que otros del centro. Y la lucha tuvo sus consecuencias y sus éxitos. Desde entonces, se consideraría y reconocería, por ley, que todos los puntos de las elipses estarían a la misma distancia del centro.
Algunas elipses muy conocidas en el plano, aceptaron la medida. Otras, muy espigadas, además, lo llevaron a efecto, no sin un esfuerzo considerable para conseguirlo. De ellas, unas tuvieron que separar los puntos entre sí, otras eliminar algunos que sobraban para cuadrar la equidistancia sin fragmentarse -Tú y tú ¡fuera!-, y las más tozudas y rígidas, se quebraron en el intento. Las menos orgullosas, solicitaron la participación de algunos puntos suspensivos que se sumaron a los propios, hasta conseguir la anhelada equidistancia -¡Lo conseguimos! ¡Justicia! - decían las supervivientes.
Lucharon algunas elipses de puntos equidistantes al centro, al conocer un estudio sobre la naturaleza de las elipses que aseguraba que las elipses genuinas tenían dos focos, por la justa equidistancia a los dos focos de la elipse. Las más razonables, determinaron que sus dos focos estaban uno encima del otro, en el centro, quedándose pues igual de anchas que panchas. Pero otras, las más excéntricas, lucharon por la justa equidistancia a sus dos focos merecidos por derecho. ¡¡No no y no!! ¡¡Justicia!! ¡Igualdad! ¡E - qui - distancia, E - qui - distancia!
Defendieron ante el Tribunal Intersectorial de Cónicas y Curvas Planas, todos los puntos que consideraron importantes. Del resto, unos decidieron marcharse por propia iniciativa, por orgullo algunos y querer despuntar, o por complejo de superioridad -yo pertenezco a otro plano en realidad- y otros por sentirse agraviados, quedando muchos en punto muerto.
Lucharon y se dividieron. -cada punto con su foco ¡cada punto con su foco, elipses! Pero equidistantes, ¿eh?- Se dividieron como pudieron, y lucharon entonces por la justa equidistancia a los dos focos de toda elipse que existiera en el plano. Equidistancia a todo foco, propio o ajeno. He aquí la distancia.
15 de noviembre de 2005
10 de noviembre de 2005
Sobre la anticipación al objeto de deseo
o la sala de espera de la felicidad
Este interesante profesor, que bien podría haber rodado las escenas difíciles de Náufrago, comentaba algo así como que la anticipación, es la felicidad. La anticipación a lo que se espera que ocurra, al objeto de deseo, a lo que nos excita, debido a la segregación de dopamina durante los previos y no en el durante durante. Esta anticipación a lo que vendrá después, y que deseamos fuertemente, es la propia felicidad, o al menos las dos cosas están muy correlacionadas.
Ese rato durante el cual tu perrito mueve la cola saltando mientras terminas de prepararle su buen plato de carne, su hueso, su tal o su cual. Durante ese rato, el sentimiento es de gran felicidad y euforia. Una vez alcanzado el objeto de deseo, la comida, esa euforia se desvanece, hasta el hecho que mientras come, tu perro puede hasta gruñirte. -#La perra de Punset se llama Pastora, y me ha recordado a Dina.
Ese rato mientras esperas a la persona amada en secreto. Esos momentos durante los cuales estás antes de.
Esto que me resulta tan interesante, y poco sorprendentemente evidente, me ha hecho pensar de nuevo en esto de la feliz felicidad. Y es que si lo anterior parece cierto, tampoco podemos negar que no sabe uno lo que tiene hasta que lo pierde.
Quieres algo, y eso te hace feliz. Lo pierdes, y entonces conoces su valor. Lo tienes, ¿y? … Parece que el “durante” no es ni chicha ni limoná, que la posesión es insípida satisfacción y que la pérdida produce una mayor infelicidad (en términos de tiempo) que felicidad produce la anticipación. Curioso. Probablemente algo así pensó aquél que dijo que deberíamos ir anulando el deseo, para ser felices, e iluminarnos con luz de verdad, sobre el cristal (oriental).
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Dr. Sapolsky en google: AQUÍ || Dejar de fumar con el profesor Sapolsky || sapolsky en la wikipedia
(No sabe uno lo que tiene hasta que lo pierde)
Veía yo recientemente uno de los programas de Redes, que paciente y tranquilamente conduce Eduard Punset. Veía apenas 10 minutos, mientras me preguntaba, como suelo hacer, acerca de la magnífica hora con la que honran a tan trivial programa. Mis 10 minutos fueron de 1:45 a 1:55 (de la noche, de la madrugada, mañana A.M. … como quieras). 10 minutos (que no 20) de entrevista al profesor Robert Sapolsky, acerca de la naturaleza de la felicidad.Este interesante profesor, que bien podría haber rodado las escenas difíciles de Náufrago, comentaba algo así como que la anticipación, es la felicidad. La anticipación a lo que se espera que ocurra, al objeto de deseo, a lo que nos excita, debido a la segregación de dopamina durante los previos y no en el durante durante. Esta anticipación a lo que vendrá después, y que deseamos fuertemente, es la propia felicidad, o al menos las dos cosas están muy correlacionadas.
Ese rato durante el cual tu perrito mueve la cola saltando mientras terminas de prepararle su buen plato de carne, su hueso, su tal o su cual. Durante ese rato, el sentimiento es de gran felicidad y euforia. Una vez alcanzado el objeto de deseo, la comida, esa euforia se desvanece, hasta el hecho que mientras come, tu perro puede hasta gruñirte. -#La perra de Punset se llama Pastora, y me ha recordado a Dina.
Ese rato mientras esperas a la persona amada en secreto. Esos momentos durante los cuales estás antes de.
Esto que me resulta tan interesante, y poco sorprendentemente evidente, me ha hecho pensar de nuevo en esto de la feliz felicidad. Y es que si lo anterior parece cierto, tampoco podemos negar que no sabe uno lo que tiene hasta que lo pierde.
Quieres algo, y eso te hace feliz. Lo pierdes, y entonces conoces su valor. Lo tienes, ¿y? … Parece que el “durante” no es ni chicha ni limoná, que la posesión es insípida satisfacción y que la pérdida produce una mayor infelicidad (en términos de tiempo) que felicidad produce la anticipación. Curioso. Probablemente algo así pensó aquél que dijo que deberíamos ir anulando el deseo, para ser felices, e iluminarnos con luz de verdad, sobre el cristal (oriental).
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Dr. Sapolsky en google: AQUÍ || Dejar de fumar con el profesor Sapolsky || sapolsky en la wikipedia
8 de noviembre de 2005
Pasión de Gabilondos
Ayer (por mi reloj) empezó a emitir canal+plus en abierto por el 4 de mi televisor, o televisión, como es más conocida esa caja que tiende al plano. En efecto, el canal+ deja de serlo y le ha propinado un severo empujón a mi ignorado canal sur, como muy bien intuyó que ocurriría mi socio fernanblog. Y, si bien no hace mucho tiempo, las 3 fueron las 2, ahora van y el cuatro es el 4, lo cual podría parecer una estupidez (no digo que no lo sea), pero tiene su sentido si estás entendiendo algo.
El canal cuatro ha empezado su anda dura por las suaves ondas de las emisiones en este país pseudofragmenta(n)do(se). A lo largo del día he escuchado infinidad de opiniones al respecto y leído otras tantas. Sinceramente, carezco de opinión, pues no he tenido ocasión de perder el tiempo todavía esta semana. Así que me reservo una infundada opinión, porque sé que lo agradecerás. Sólo un detalle, y es que atendiendo un poco a las caras de los protagonistas, a la propia programación (en especial a lo que se refiere a series en serie de serios o humores) y formato de los espacios... he de decir que estoy un poco desencantado. No parece que vayamos a encontrar nada nuevo, ningún giro, ninguna curva, ningún otro estilo... Pero bueno, más que desencanto, diremos que estoy ingratamente sorprendido, a la vez que indiferente.
Y al frente con su frente de todas esas caras "nuevas" y baratas -algunas- (digamos en este momento aquello de ejem ejem), don Inaki Gabilondo, al que sin duda extrañaré en mis zappings radiofónicos matutinos camino de mis quehaceres diarios. Dicen, algunos que allí estuvieron, que la entrevista de don Ignacio a el señor Maragall y a la señora Esperanzaguirre, fue más que surrealista. Yo, no lo vi. Así que pido, como dijo Heva Ache ( a ella la vi de soslayo), a los cuatreros de la red, que me cuenten, que nos cuenten qué les pareció este canal, y todo aquello que se pueda cruzar, como el Mississippi.
¡Suerte! ¡Que hagáis las cosas bien!
El canal cuatro ha empezado su anda dura por las suaves ondas de las emisiones en este país pseudofragmenta(n)do(se). A lo largo del día he escuchado infinidad de opiniones al respecto y leído otras tantas. Sinceramente, carezco de opinión, pues no he tenido ocasión de perder el tiempo todavía esta semana. Así que me reservo una infundada opinión, porque sé que lo agradecerás. Sólo un detalle, y es que atendiendo un poco a las caras de los protagonistas, a la propia programación (en especial a lo que se refiere a series en serie de serios o humores) y formato de los espacios... he de decir que estoy un poco desencantado. No parece que vayamos a encontrar nada nuevo, ningún giro, ninguna curva, ningún otro estilo... Pero bueno, más que desencanto, diremos que estoy ingratamente sorprendido, a la vez que indiferente.
Y al frente con su frente de todas esas caras "nuevas" y baratas -algunas- (digamos en este momento aquello de ejem ejem), don Inaki Gabilondo, al que sin duda extrañaré en mis zappings radiofónicos matutinos camino de mis quehaceres diarios. Dicen, algunos que allí estuvieron, que la entrevista de don Ignacio a el señor Maragall y a la señora Esperanzaguirre, fue más que surrealista. Yo, no lo vi. Así que pido, como dijo Heva Ache ( a ella la vi de soslayo), a los cuatreros de la red, que me cuenten, que nos cuenten qué les pareció este canal, y todo aquello que se pueda cruzar, como el Mississippi.
¡Suerte! ¡Que hagáis las cosas bien!
4 de noviembre de 2005
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