20 de octubre de 2011

EL HOY AL AYER

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Cada vez me gustan más las dedicatorias. Y aunque el ayer y la historia no existen, o no existan, me gustaría dejar constancia aunque sea rancia en este, tu blog, de un delicado pensamiento dedicado al pasado

Me gustaría dedicar el día de hoy, al curso pasado. Al académico, me refiero. Dedico el Hoy, 20 de octubre de 2011, al Ayer. Que fue un buen curso. Un gran curso. El 2010-2011.

Y dejemos que los cursos sigan su curso. Dejemos que las fechas sigan su flecha.
 
Te lo dedico.




3 de septiembre de 2011

Un Pequieñísimo Aciercamento al Zien

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Hoy me ha dado por navegar por Google Imágenes, Google Images, y he acabado dando un paseo tranquilo por la orillita, pisando arena las más veces, pisando piedrecitas las menos, pisando piedrotas las más menos. Un paseo super tranquilo, de esos que no te paras a decidir cada uno de tus pasos ni la ecuación de tu trayectoria inmediata, ni siquiera visualizar el dibujo que dejarán tras de ti tus huellas. Tal es así, que ha sido de esas veces que no te importa en absoluto que te llegue una oleada fría repentina y te moje hasta el tobillo del vecino.
Me ha dado por mirar fijamente a los ojos a las imágenes de piedras que iba dejando bajo mis pies, y las de los alrededores. He visto piedras muy bonitas ciertamente, créeme, y las he dejado atrás sin pena ni gloria. Las grandotas resaltan mucho, por el contraste con las pequeñuelas, y son las que normalmente recojo, para que me acompañen durante un rato. Pero hoy me ha dado por no cogerlas. No me decido a coger ninguna. Es más, decido no cogerlas.
Muy feliz andaba yo por entre las imágenes, cuando mis planes cambiaron. De repente mi vista se centra en una piedra marrón irregular, más bien del montón, que resalta por ser nada resultona, sólo por su tamaño relativo, pero que en valores absolutos tampoco es que sea muy grande (la verdad sea dicha). Habiendo dejado atrás innumerables imágenes más bellas que esta, veo como ciento digo siento el impulso necesario para hacer el esfuerzo de parar la inercia del paseo, doblar las rodillas, inclinar un poco el espinazo, establecer una posición de equilibrio estático, alargar el brazo ¡y coger la piedra! (¡aplausos, por favor!). ¡Me decido por ella, y la cojo! ¡La escojo! La elijo, como el hijo de vecino, y más ancho que pancho, prosigo mi paseo, ni guapo ni feo.

Reflexiono. Intento no reflexionar, porque ya bastante me he flexionado para coger esta piedra tan vulgar. 
Mientras una ola más larga de la cuenta me sorprende, y los edificios dejan que el Sol vuelva a iluminar mis pies, me ha dado por reconsiderar todo el proceso.


¿Qué mágico y maravilloso poder tiene esta vulgar piedra, que me ha elegido para que la coja, para que la escoja?  ¿Por qué me ha escogido?

¿Por qué se ha decidido ella por mí, y me ha influido tanto?


29 de agosto de 2011

Como pez en el aire

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Estoy sentado, mirando al mar directamente a los ojos. Pienso que muy muy al fondo, en donde nacen las olas y el propio horizonte no sabe si es cielo o es mar, debe haber una vida marina muy agitada que desde mi posición es imposible ver, siquiera imaginar.

Estoy tan absorto como puedo, y escucho a una mamá que le dice a su hija pequeña que no se meta en el agua que hay olas muy altas. Mientras la niña se vuelve e inicia un intento de réplica a su madre, un pez de cierto porte da un salto bastante pronunciado, saliendo del agua, para volver a entrar en ella con bello carpado con doble tirabuzón que es el deleite de los que miramos al mar. - ¡Anda, Virginia! ¡Te lo has perdido! ¡Un pez grandísimo ha dado un salto y ha salido del agua! - escucho cómo le dice la mamá a su niña. Recuerdo aquel documental que vi aquel día, que decía que cuando todo cambie en el planeta que llamamos Tierra (Earth/Terre/Urantia), incluso después del planeta de los simios, cuando El Hombre sea el combustible fósil de futurísimas generaciones, los animales voladores que poblarán este planeta serán los evolucionados a partir de los llamados peces voladores, que cada vez darán saltos mayores ... hasta que vuelen.

Nosotros, que nos desenvolvemos en tierra firme, decimos cosas como no te metas pa lo hondo, Yonatan, o Salte ya del agua que tienes los labios morados, los dedos arrugados y un ojo al lado del otro. Claro. Nuestra atmósfera ambiente es el aire. En él nos desplazamos, somos y estamos. Al cambiar de medio, del aire al agua, decimos "meternos en el agua" y viceversa.

Reflexiono.

Le digo mentalmente a la mamá de Virginia "no, el pez ha salido del agua relativamente. En realidad ha entrado en el aire". Imagino a la mamá del pescaíto saltarín pidiéndole que no se meta en el aire muy a lo hondo, que hay frentes del sáhara, que hay levante, o que hay terral. Imagino al pez saltarín sintiendo lo que yo cuando buceo, y tengo en mente el volver al aire para sentirme bien y tranquilo.

El medio natural del pez es el agua del mar. Por tanto, desde su punto de vista, al pasar al aire, está entrando en él, se está metiendo en el aire, su medio extraño. Cuando cae al agua tras su pequeño vuelo sin motor conteniendo su respiración, está saliendo del aire.

Ahora comprendo que he estado un tiempo como pez en el aire. Pero llega un momento en que debes tomar conciencia de manera inconsciente de que simplemente tienes que dejarte caer y sumergirte en tu medio natural. Y respirar.

24 de agosto de 2011

De la Tierra a la Luna pasando por el Sol de la Roja

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Y EL SUPEREGO MEDIOAMBIENTAL

Lo del cambio climático es preocupante. ¿Verdad? El sobrecalentamiento al que estamos los humanos sometiendo al Planeta que llamamos Tierra, debido principalmente a las emisiones industriales de CO2, de C3PO y R2D2. Somos malos, muy malos. Por tratar así a la Madre Tierra, a la Amable Atmósfera, a la Tierna Agua. No demostramos nada de respeto por el sitio que nos da cobijo, ni por el lugar que nos permite poner nuestros pies sobre él, ni por el espacio (¿tridimensional?) que nos da existencia. Somos malos e irrespetuosos hasta el extremo. Tanto, que nos creemos dueños de los metros cuadrados que hemos escriturado en el notario, dueños de las hectáreas y parcelas que hemos ¿limitado? con una alambrada, dueños y señores de cielo y tierra. De la tierra de la Tierra ¡y de los espacios aéreos! ¡Hasta de la tierra de la Luna! El primero que llegue que ponga su bandera con su fuerte brazo, ¡y ya está! ¡Mío! ¡Yo lo vi primero! Conquistado, en virtud de mi delirio de grandeza y del de mi cabeza. ¡Cabeza!

No negaré que el cambio climático, que el calentamiento global y las patas de gallo del planeta que habitamos me preocupan y me interesan sobremanera. Pero añado hoy un matiz a mi perspectiva del problema, que tiene que ver con el infantil conflicto del sitio comentado en el reflejo anterior. Tal es nuestra soberbia, que pensamos que ¡DESTRUIREMOS LA TIERRA! Hombre, si Fukushima estuviera en lo que llamaron Hispania, a lo mejor ya hubiéramos enterrado a la Tierra (¿lo pillas? qué arte tengo), pero me parece que lo que destruiremos, si acaso, es el confort (de algunos) efímero y puntual de la vida humana tal como la conocemos de unos siglos para acá. Creo, que no tenemos tanto poder, con el permiso de la energía nuclear. El exceso de preocupación me desprende cierto tufillo a soberbia humana. No es pa tanto. ¿O sí?

No nos engañemos (pienso yo), el planeta que llamamos Tierra evolucionará, cambiará, si me apuras se adaptará a las acciones inhumanas de los humanos. Al fin y al cabo cañaveral, sobrevivirá. El planeta que habitamos, seguirá, como siguió tras los brusquísimos cambios climáticos que suponen las glaciaciones, los leñazos de meteoritos, las vueltas y vueltas día y noche. El Hombre, como los dinosaurios, problamente esté de paso aquí. El cambio climático provocado por la acción del hombre, provocará nuevos cambios. Nada más, y nada menos.

El Sol, ese que nace diariamente por oriente, dirá cuándo es hora (¿hora?) de cambiar de escenario cuando se convierta en gigante roja, como nuestra flamante campeona del ¿mundo?

18 de agosto de 2011

GRACIAS, SITIO

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Perdone, señor, está usted en mi sitio.
Oiga, ese es mi sitio.
¿Sí tío?
Oiga, haga el favor de salir de mi propiedad o lo escopeto.
¡Fuera de mi feudo!
Mis dominios llegan hasta donde no alcanza la vista.
Bueno, ¿se quita usted, amable caballero, de mi sitio... ¡O TE PARTO LA CARA!

Me resulta muy curioso cómo cuando estamos en un sitio, pensamos que lo poseemos. El hecho de pisar con los pies o posar las posaderas en un lugar, nos hace pensar que somos sus dueños, aunque sólo sea por un momento, mientras dure el espectáculo, mientras no me levante y me vaya a Sevilla, o mientras no ande. ¡Ay, qué soberbia más soberbia! Y puestos así, me pregunto ¿por qué poner un límite a esa soberbia posesión? ¿Por qué nos contentamos con el escueto 1/2 metro cuadrado bajo nuestros pies, o con la silla que sustenta nuestro culo? ¡Extendamos nuestra soberbia posesión! ¡Sin límites! Ummmm ¡Todo es mío! ¡Ea!

Este fin de párrafo tan infantil no es casual. El problema del sitio lo arrastramos desde niños:
buaaaaa, quítate de ahí, buaaaa Pepito se ha puesto en mi sitioooooo buaaaaa. ¡Este es MI sitio!

Con los niños se resuelve fácil este conflicto. Observo que observan con intuitiva rapidez y con clara claridad el absurdo de su postura ante preguntas como ¿te vas a llevar el sitio a casa luego? ¿el sitio no estaba ahí antes de que tú llegaras? Sí. Es el sitio el que nos deja estar, y no al revés. Así lo veo yo, como lo han visto antes que yo millones de personas.

Cuando uno se aferra al sitio en el que está, proclamándolo como suyo con soberbio orgullo, ¿no es el sitio el que lo esclaviza y lo posee, y no al revés?

Propongo un reflejo en el (maldito) cristal, como otros muchos lo hicieron de manera brillante (con arroz, de oriente) antes, mucho antes. Propongo iniciar una relación distinta con el suelo que te sustenta, con el espacio en el que te encuentras, con el aire que te envuelve y con la fuerza que te une al suelo. Propongo no alimentar la idea de vencerlos, diciendo que los poseemos. Propongo agradecerles su amable compañía, incluso su cortés permiso para estar. Propongo no decir más eh, este es mi sitio. Propongo pensar eh, ahí estuve yo antes, espero que él también disfrute de ese sitio. Propongo no respetar los sitios, sino más que eso. Sí, tío. Propongo decir Gracias, sitio. Porque después de nosotros, otros vendrán. Porque antes que nosotros, otros estuvieron. Porque antes que nosotros, otros estarán (¿?).

2 de abril de 2011

EL AURA DE LAURA Y ESE DON QUE DAN

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Esta es la no historia de ella, de Laura. Ahora mismo, yo estoy viviendo su no historia. Porque su historia se está escribiendo a 3 kilómetros y medio de aquí, entre bailes y cantes, entre amigos y sangresdetusangre, entre presentes y ausentes, entre yins y yangs. Ni yo ni mi yin podemos estar en su historia hoy.

La vida y su contraria, han preferido que me encuentre en otro sitio. Pero hoy yo -de nuevo- no soy el protagonista. La protagonista es ella, que es yin, y su yang salvador.

Dos de abril de dos mil once. Triana, seis de la tarde. Un viento suave y apacible, un hálito, un aliento, un soplo de primavera despierta a la abuela Santa Ana, la de la nana, que siente llegar eL aura de la más laureada de las novias, envuelta en pétalos de azahar entre naranjos en flor, que saludan (Ossu) a los cerezos de Japón. Entre las nubes, invitadas de excepción, se escapa un rayo de luz que entra por las altas vidrieras, y con los ojos vidriosos de la imaginación, yo también la veo llegar. Alta, elegante, morena, sevillana, árabe, india, trianera, guapa. Muy guapa. Segura e insegura. Alegre. Bondadosa, pero aun algo desconfiada, más bien temerosa. Parece estar cantando al son de Martirio aquello de estoy atacá, estoy atacáaaaaaaa.

Hoy, que es su día Grande, sobre todo pienso en eL Aura de Laura. Pienso en esa gracia especial con que el Universo la premió al nacer (quién sabe si antes), para ver a su alrededor y en la calle la pureza de corazón, la blancura de espíritu, la nobleza en la mirada. Para identificarla, apreciarla, buscarla y ganarla. Entre muchas de sus habilidades y dones, es este el que más me fascina. Supongo que es también mérito suyo, pues hay quien no aprovecha el regalo que se le da, y dejan a la sombra ese Don que dan.

Creo, que ni ella sabe de ese don, como don Quijote no sabía del suyo o no lo supo Sansón . A ella la eleva, y se lo hemos de agradecer, por compartirlo con todos. Y entonces eL Aura es más que Laura. Tanto que no hay otra más Laurísima que ella misma.

Dicen algunos trianeros antiguos que de don nada de nada. Que el Aura de Laura tiene un truco: resulta (dicen) que lleva consigo un ejemplar de la nube kinton. Sólo quien se sube en ella podrá acompañarla. "¡Así cualquiera!" dicen las excusas antiguas.

Dos de abril de dos mil once. Hoy están en las nubes. Hoy se han subido a la Nube (por eso estaba nublado, porque eran los invitados por parte de ella) los dos: el Aura y su Salvador. Y pasarán los años y ahí seguirán.

Que la vida os bendiga con muchos dones a quien darles su primer danone, y que al son de ese don que dan se blanquee todo tu Aura, y el suyo, para siempre. Y si puede ser que blanquee también los karategis, que falta nos hace.

DIOS SALVE A LAURA. DIOS LAUREE A SALVI.
¡VIVAN LOS NOVIOS! ¡VIVAN LAS NOVIAS!

OLE TÚ. (Y vamos a dejar el tabaco ya, ein).


8 de enero de 2011

¿LEY ANTI TABACO?

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Dejémonos, en primer lugar, de malos humos para leer este poste, por el momento último ladrillo (no cigarrillo) de este blog, que nació allá por el 24 de febrero de 2005, ya entonces pidiendo que no se fumase aquí, en este blog. Al poco tiempo, al llegar el año 2006, se aplicó en España una pésima ley. Fue la llamada entonces ley antitabaco, que como digo fue pésima por lo corta que se quedaba, y los huecos que dejaba a la trampa y a la poca vergüenza.

El pasado 2 de enero de 2011, dicen que se ha empezado a aplicar en España una ley: la actual ley anti-tabaco. Estooooo... ¿anti tabaco? Bueno, bueno. Por resumir está bien decirlo así, pero es un título muy incorrecto. ¡No se trata de una ley anti-nada, puñetas! Se trata, y ahora me voy a poner serio, de una ley, que COMO TODAS, obedece (así debiera ser) al fin de PRESERVAR LOS DERECHOS DE TODOS. DE-TO-DOS. Y el derecho a la salud de cada uno de nosotros NO ES MOCO DE PAVO ni es salmón ahumado.

Y dejémonos de patrañas y cuentos del tres al cuarto, y dejémonos de victimismos y de imbecilidades pseudoprogres. Pues una imbecilidad es una imbecilidad, la diga quien la diga, ni aunque se llame Pérez ni aunque se llame Reverte.

Lamento profundamente que los adictos a estas sustancias nocivas que llamamos tabaco no vean más allá de sus boquillas. Lo lamento profundamente, de veras. ¿Por qué repetimos hasta la saciedad el famoso aserto "tu libertad termina donde empieza la mía", o su otra versión "mis derechos terminan donde empiezan los tuyos", y después somos absolutamente incapaces de aplicarlos con madurez? ¿Por qué tantos se sienten tan perseguidos y huyen tan a lo loco que no se dan cuenta de que ME ESTÁN EMPUJANDO?

¿Por los controladores aéreos han sido unos delincuentes que provocan alarmas que suenan de madrugada, y en cambio en los medios se presentan como héroes valientes a los delincuentes (incumplen la ley, sí) que desafían la nueva ley permitiendo fumar en sus restaurantes a boca llena (aaaaaah qué rico este calamar en su propio alquitrán....ummmmm)?

Y ojo, que yo creo que esta ley se queda muy corta. En muchas playas de USA se preserva el derecho de los ciudadanos a disfrutar de un tiempo al aire libre, y por lo tanto no se puede fumar.

En resumen, permíteme decir con contundencia que NO EXISTE LEY ANTI TABACO. Lo que existe es mi derecho a no fumar. Y el derecho de todos a cuidar de nuestros hijos. Te puedes poner como te quieras poner. NO EXISTE LEY ANTI TÚ. No lo olvides.