Esta es la no historia de ella, de Laura. Ahora mismo, yo estoy viviendo su no historia. Porque su historia se está escribiendo a 3 kilómetros y medio de aquí, entre bailes y cantes, entre amigos y sangresdetusangre, entre presentes y ausentes, entre yins y yangs. Ni yo ni mi yin podemos estar en su historia hoy.
La vida y su contraria, han preferido que me encuentre en otro sitio. Pero hoy yo -de nuevo- no soy el protagonista. La protagonista es ella, que es yin, y su yang salvador.
Dos de abril de dos mil once. Triana, seis de la tarde. Un viento suave y apacible, un hálito, un aliento, un soplo de primavera despierta a la abuela Santa Ana, la de la nana, que siente llegar eL aura de la más laureada de las novias, envuelta en pétalos de azahar entre naranjos en flor, que saludan (Ossu) a los cerezos de Japón. Entre las nubes, invitadas de excepción, se escapa un rayo de luz que entra por las altas vidrieras, y con los ojos vidriosos de la imaginación, yo también la veo llegar. Alta, elegante, morena, sevillana, árabe, india, trianera, guapa. Muy guapa. Segura e insegura. Alegre. Bondadosa, pero aun algo desconfiada, más bien temerosa. Parece estar cantando al son de Martirio aquello de estoy atacá, estoy atacáaaaaaaa.
Hoy, que es su día Grande, sobre todo pienso en eL Aura de Laura. Pienso en esa gracia especial con que el Universo la premió al nacer (quién sabe si antes), para ver a su alrededor y en la calle la pureza de corazón, la blancura de espíritu, la nobleza en la mirada. Para identificarla, apreciarla, buscarla y ganarla. Entre muchas de sus habilidades y dones, es este el que más me fascina. Supongo que es también mérito suyo, pues hay quien no aprovecha el regalo que se le da, y dejan a la sombra ese Don que dan.
Creo, que ni ella sabe de ese don, como don Quijote no sabía del suyo o no lo supo Sansón . A ella la eleva, y se lo hemos de agradecer, por compartirlo con todos. Y entonces eL Aura es más que Laura. Tanto que no hay otra más Laurísima que ella misma.
Dicen algunos trianeros antiguos que de don nada de nada. Que el Aura de Laura tiene un truco: resulta (dicen) que lleva consigo un ejemplar de la nube kinton. Sólo quien se sube en ella podrá acompañarla. "¡Así cualquiera!" dicen las excusas antiguas.
Dos de abril de dos mil once. Hoy están en las nubes. Hoy se han subido a la Nube (por eso estaba nublado, porque eran los invitados por parte de ella) los dos: el Aura y su Salvador. Y pasarán los años y ahí seguirán.
Que la vida os bendiga con muchos dones a quien darles su primer danone, y que al son de ese don que dan se blanquee todo tu Aura, y el suyo, para siempre. Y si puede ser que blanquee también los karategis, que falta nos hace.
DIOS SALVE A LAURA. DIOS LAUREE A SALVI.
¡VIVAN LOS NOVIOS! ¡VIVAN LAS NOVIAS!
OLE TÚ. (Y vamos a dejar el tabaco ya, ein).
La vida y su contraria, han preferido que me encuentre en otro sitio. Pero hoy yo -de nuevo- no soy el protagonista. La protagonista es ella, que es yin, y su yang salvador.
Dos de abril de dos mil once. Triana, seis de la tarde. Un viento suave y apacible, un hálito, un aliento, un soplo de primavera despierta a la abuela Santa Ana, la de la nana, que siente llegar eL aura de la más laureada de las novias, envuelta en pétalos de azahar entre naranjos en flor, que saludan (Ossu) a los cerezos de Japón. Entre las nubes, invitadas de excepción, se escapa un rayo de luz que entra por las altas vidrieras, y con los ojos vidriosos de la imaginación, yo también la veo llegar. Alta, elegante, morena, sevillana, árabe, india, trianera, guapa. Muy guapa. Segura e insegura. Alegre. Bondadosa, pero aun algo desconfiada, más bien temerosa. Parece estar cantando al son de Martirio aquello de estoy atacá, estoy atacáaaaaaaa.
Hoy, que es su día Grande, sobre todo pienso en eL Aura de Laura. Pienso en esa gracia especial con que el Universo la premió al nacer (quién sabe si antes), para ver a su alrededor y en la calle la pureza de corazón, la blancura de espíritu, la nobleza en la mirada. Para identificarla, apreciarla, buscarla y ganarla. Entre muchas de sus habilidades y dones, es este el que más me fascina. Supongo que es también mérito suyo, pues hay quien no aprovecha el regalo que se le da, y dejan a la sombra ese Don que dan.
Creo, que ni ella sabe de ese don, como don Quijote no sabía del suyo o no lo supo Sansón . A ella la eleva, y se lo hemos de agradecer, por compartirlo con todos. Y entonces eL Aura es más que Laura. Tanto que no hay otra más Laurísima que ella misma.
Dicen algunos trianeros antiguos que de don nada de nada. Que el Aura de Laura tiene un truco: resulta (dicen) que lleva consigo un ejemplar de la nube kinton. Sólo quien se sube en ella podrá acompañarla. "¡Así cualquiera!" dicen las excusas antiguas.
Dos de abril de dos mil once. Hoy están en las nubes. Hoy se han subido a la Nube (por eso estaba nublado, porque eran los invitados por parte de ella) los dos: el Aura y su Salvador. Y pasarán los años y ahí seguirán.
Que la vida os bendiga con muchos dones a quien darles su primer danone, y que al son de ese don que dan se blanquee todo tu Aura, y el suyo, para siempre. Y si puede ser que blanquee también los karategis, que falta nos hace.
DIOS SALVE A LAURA. DIOS LAUREE A SALVI.
¡VIVAN LOS NOVIOS! ¡VIVAN LAS NOVIAS!
OLE TÚ. (Y vamos a dejar el tabaco ya, ein).
3 comentarios:
Sólo una cosa más. Aquí, fue y es Balsara.
gracias, auqnue se quede pequeña la palabra...gracias
mi mejor regalo del Sí quiero
pelosdepunta.com
fdo.-Macu
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