11 de enero de 2010

El Gato de Schrödinger y el sexo

o El Bebé de Schrödinger.

Existe un experimento imaginario en mecánica cuántica, muy muy famoso y conocido, si bien quizás no del todo bien entendido. Se denomina El Gato de Schrödinger. El señor Erwin Schrödinger, es fundamentalmente aplaudido por haber desarrollado la ecuación que lleva su nombre (causalidades de la vida), trabajo que le llevó a obtener el premio nobel de Física en mil novecientos treinta y tres (1933, para los de ciencias), y que para entendernos, diríamos que esta ecuación es la equivalente a la segunda ley de Newton, aquello de fuerza igual a masa por aceleración, F = m·a. , solo que tiene algo más de guasa:


Este señor, además escribió una obra de biología, titulada ¿Qué es la vida?, y que tuve el placer de leer hace tiempo, gracias al "préstamo" de ese libro por parte de un tío mío. Esto me lleva a recordar aquello de que -se dice- que sólo hay un tipo de persona más tonto que el que deja un libro: el que lo devuelve.

Schröndinger, podrá pensar más de uno, es más famoso por su gato que por su ecuación, y probablemente no le falte razón. Resumidamente, te diría que el experimento imaginario que hemos llamado (sin falsa modestia) El Gato de Schrödinger (no confundir con el Perro de San Roque), trata de tener en una caja cerrada a un gato, con lo cual estamos viendo que hay gato encerrado. Dicho gato puede morir si se da cierta circunstancia, o bien puede sobrevivir si no se da. Es decir, el gato puede estar vivo o puede estar muerto. No lo sabemos. Bien, pues este experimento nos da una perspectiva sobre los estados cuánticos de sistemas físicos, porque resulta que el gato no es que esté vivo o esté muerto, es que está vivo y está muerto, con un 50% de probabilidad en cada caso. Y no, no es lo mismo. Mientras no abramos la caja, eso es así. El gato está vivo y a la misma vez está muerto. Si abrimos la caja y metemos nuestro curioso hociquillo, el sistema se decide por uno de esos estados, viéndose afectado el sistema por nuestra propia intromisión (¡cotilla!), pues mientras no mirabas, el gato se balanceaba plácidamente entre los dos estados, viviendo y haciéndose el muerto.

Ocurre, que últimamente cuando veo una barriguilla incipiente de embarazada, me acuerdo del dichoso gato, pues si bien el sexo de un feto se decide desde el momento de la concepción, desde que se supera el primer trimestre de gestación ya el sexo es observable mediante pruebas ecográficas, por no mencionar los comentarios del tipo "tiene la barriga picuda, creo que es narigón. O la tiene redondita, parece que será gordita".

Me acuerdo del famoso gato pues mientras no se sepa el sexo del feto, mientras nadie lo observe y diga si será él o ella, un minitú o un miniyó, mientras eso no ocurra, el pequeñín es ambas cosas: es pequeñín y es pequeñina. Las dos cosas. Y eso es un lujazo. Tener un futuro bebé, que es un niño y una niña a la vez, con un estado de probabilidad del 50% para cada estado, es un lujo cuántico. Por eso da un poco de penita que lleguen y te abran la caja, y vean si el gato está vivo, muerto, o estaba de parranda.

A todas las embarazadas que estén deseando saber el sexo de su churumbel, les digo que disfruten del momento único de tener el bebé de Schrödinger en sus entrañas. Ese momento es único y mágico. Ya habrá tiempo para abrir la caja, y una vez abierta, abierta se queda.


Moraleja apócrifa: los cotillas mataron al gato.

7 comentarios:

Caralblog dijo...

¡Enhorabuena por ese bebé de Reinödinger!

Hay algunos que salen de la caja, y no saben lo que son hasta unos años después, así que no tengo claro al 100% que sea niño ;D jajaja

Natalia Luna Ortiz dijo...

Digno de tu genialidad!!
Ara, después de la juerguecita del sábado yo creo q este gatit@ estrá de parranda ;))

carlitosreina dijo...

;D

Gema dijo...

Siempre se me olvida visitar tu blog de vez en cuando para ver si hay algo nuevo... por eso te agradezco que nos hayas avisado de tu publicación :)

Me encanta "El gato de Schrodinger y el sexo".

Y creo que no sólo pasa con el sexo, sino con muchas otras cosas. Mientras el bebé está en la tripa no es uno solo ¿no?, sino cada uno de aquellos bebés que alguna vez imaginaste. Es moreno, rubio y pelirrojo, peludito y peloncete, llorón y dormilón, etc. Te imaginas TAAANTAS posibilidades...

CarlosBlanco dijo...

Mas mas, a ver si te estás refiriendo a un amigo que cuando su pareja le dijo que estaba preñada salio corriendo dijo: "mio no, será de Reinödinger"
aunque otro dicen que dijo "¿Mio como va a ser? si yo soy impotente, deja ya de joder, yo no me llamo Javier" COÑO, si tu si que te llamas Javier.

Luis Miguel dijo...

hombreeee!!..ya era hora de una entradita nueva..y sobre todo de uno princeso nuevo...Enhoragüena, maestro!

mcgalnares dijo...

enhorabuena hombre!!

besos desde el EO...

Marina