El coche de mi madre es viejete. Muy viejete. Y al pasar por la puerta, suena inequívocamente a el coche de mamá. Dina, la perrita que vive con nosotros en casa, levanta las orejas, se levanta ella entera y se coloca en primera línea para recibir a mi mamá. Puede que tarde todavía varios minutos en entrar, incluso décadas de minutos por no decir decenas. Pero Dina espera, y espera, inquieta y contenta.
A veces mi madre al entrar ni la mira, con todas las cosas que lleva encima (de la cabeza), y no se para a dedicarle un ay mi chiquititaaaaa ni un ¿y mi Dina?. Pero a ella le da igual. Siempre, absolutamente siempre la recibe con los mismos saltos acompañados de los mismos aleteos de cola, entre los mismos nervios, y los mismos movimientos descontrolados por la alegría. Siempre.
Me gustaría ser como Dina, y como tantos y tantos canes. Incondicionales.
Lo intento, pero sé que no lo consigo. Conceptualmente hablando, soy así (porque así me gustaría ser). Pero la realidad debe ser otra, claro. A veces los detalles me apenan, o impiden que mueva mi cola (rubia) como quisiera. De la otra forma no tendría que fingir jamás, como nunca finge Dina. Se expresa tal cual lo siente. Incluso después de habernos escuchado criticarla en más de una ocasión, o gritarle, o castigarla*, o... schhhhhh. Dina es auténtica.
En el poste de ahí arriba, en el que todavía no he puesto, también va algo de este sentimiento o deseo. ¿Lo encontrarás? Seguro.
Me encantaría ser como Dina, y mostrarte lo que siento siempre. Siempre que sienta algo.
*nótese el variopinto y hábil juego de directos e indirectos, pronombrados como objetos
13 de julio de 2005
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10 comentarios:
Parece que después que fernanblog hablara en lengua de Perros nos acordamos que vivimos con estos compañeros, donde me ha llamado la atención es que no la llames “Mi Perra”, o “La Perra de mi Madre”(uy esto suena mal), sino como quitándole las ataduras del amo (o las responsabilidades del dueño), simplemente la perra que vive contigo, como esa esposa después de 30, y que no tienes mas remedio que soportar a menos que le des la casa, coche, niños y “La Perra” y las perras. Imagino si alguien presentara a un hijo (menor de edad) diciendo “Es Manolito, vive conmigo” que pedofiladas puede pensar quien lo escuche, sin decir nada de la desconfianza que puede generar en Manolito de su Padre y sobre todo de su madre, o cuando hay un colega que está hablando con otro tipo, y cuando te acercas te dice “Es José” (en vez de decir “ES MI AMIGO PEPE”), es como si estuviera diciendo: “Ten cuidado con lo que dices delante del MAM0N este”, Bueno, pa terminar saluda a las perras que viven contigo, perdón, me refería a los animales que viven contigo, perdón, digo los cánidos.
Estoy seguro de que Dina tiene que serun encanto.. pero por la experiencia que vivo en el día a día al pasear a mi pequeñaja, te pido por favor si todavía no lo haces y doy casi por hecho de que si, pues que al sacar a dina, tengais especial atención en retirar adecuadamente la heces que como todo ser humano han de soltar los perritos.
Desde aqui hago un llamamiento a to los dueños de perritos para que, como determina la ley, retiren correctamente las heces de los perros puesto que son innumerables als desventajas tanto para viandantes como por las propias afecciones que provocan.
Un saludo y gracias por colaborar (cuando seais padres sabreis la imporatncia de esto)
...PRECIOSO!!!...y esta vez no solo te entiendo, sino que te comprendo...
Al hilo de lo que comenta carlosblanco, ... buena observación. Exacto. No me gusta eso de Mi... "tal". Lo que peor llevo es eso de mi novia (la novia del titomigue ni te cuento). En cambio y corto, miniña no me suena mal, aunque tampoco lo uso mucho.
Prefiero llamar a la gente por su nombre, siempre que se pueda... (por ejemplo, a Pedro lo mismo le digo "illo mostro").
Por otro o por el mismo lado, decir que a veces pienso que la Dina es la dueña de la casa, y que nos deja vivir en ella. O al menos eso parece creer ella. Otra veces es al revés.
Y al segundo hilo de lo que comenta u apostilla (no es chupapost-e en absoluto) el beticoquetalycual, decir que a vheces son más peligrosas las Eses de algunos paseantes al tinto que las heces de los perracos. Mas lo cortés no quita lo otro.
Recuerdo a quien ya lo supiera, que una vez hubo tierra de la Tierra debajo de la acera.
Recomiendo desde aquí el post-e hablando en lengua de perros del amiblog fernan-.
Caca rlosreina.
qué triste tigre esto de apostillarse uno mismo... Buaaaaaaa
Me gusta mucho más cuando se te entiende lo que escribes y no haces acertijos enrevesados que, a veces, no nos llevan a ningún sitio a los que no tenemos una inteligencia suficiente para desencriptar lo que quieres decir.
En este caso, los sentimientos rebosan por los cuatro costados del post-e y casi me hacen saltar las lágrimas, yo soy de esos (aunque casi nunca se me nota en el trabajo, donde soy un poco frío, ya lo sé).
Mis suegros tiene perro, a mi mujer le encanta, está deseando llegar a casa de sus padres para ir a saludarlo. Yo siento pena por él, en su casa nadie le aprecia, siempre encerrado, condenado, sin sitio para corretear. Y eso, entre otras cosas es lo que me lleva a no tener perro en casa.
Pero, centrándonos en el tema del post-e, deberíamos aprender algo del mejor amigo del hombre, por lo menos a ser tan leales con él como él lo es con nosotros. Y aprender a ser más sinceros los unos con los otros, seguro que el mundo mejoraría.
Yo también pienso que muchas personas a lo mas que aspiran es a ser como los perros, alguno que conozco ya lo son, se podría decir que es un auténtico perro, vamos, que es el tío mas perro que conozco, pero mi post-illa no es en nombrar a esta clase de perros sino al comentario de Reina al que las cacas de perros le protegen de la acera, podíamos pedir al ayuntamiento que en vez de acera (de las que faltan un montón) extienda por las calles de nuestras ciudades cantidades ingentes de estiércol, donde podían colocar a todo el personal que sobraría del lipasan, que dejen de echar sustancias químicas al agua (como el cloro, flor y cosas así), sino que cuando tengamos sed bajemos y simplemente a unos metros, vallamos a echar un traguito al río Guadalquivir columna vertebral de Andalucía, se podía recoger firmas para que no pasaran coches al centro de la ciudad, ni, siquiera transporte urbano, todo sería mas placentero y caminando nos encontraríamos con otra mucha gente caminando también, y ya puestos podrían eliminar las antenas de los móviles, la televisión, y por supuesto la policía, eliminarla de todas partes (excepto de un par de barrios que conozco). Y de repente …… me desperté y no sabía que estaba diciendo, esto si, Carlos, este es también mi sueño, y lo cumpliré el día que me toque el cuponazo me compraré un campito del que no tenga que salir ni pa trabajá, mientras tanto intentaré respetar a los demás cumpliendo las normas cívicas razonables. A los perros (o a algunos perros) de pequeños, para que no hagan sus caquita y orina en la casa, se les hocica la cara contra sus excrementos y se les da un cate, ¿valdría esto con sus dueños?, me encantaría felicitar a algún juez que se atreviera a algo similar. Decir esto no es tan poético como el post de Carlos, pero muchos (la mayoría) viviríamos mejor si enseñáramos a respetar a los demás a nuestros hijos, compañeros, PERROS, ...
Puede que mi postilla sea un poco larga pero la cicatriz que quedará de ella me recordará toda la vida la enseñanza que he recibido.
Que pena tener que estar fingiendo amistad, cariño, alegría... que pena que seamos tan hipócritas y no seamos capaces de vivir en compaña con nuestros semejantes y con nosotros mismos.
Tu has puesto el ejemplo de Dina, yo quiero exponer el ejemplo de Helenita, el sexto miembro de mi familia que llegó hace casi 10 años a nuestras vidas.
Helena nos ha enseñado lo sencillo que es "LA SINCERIDAD", y es que si hay algo de lo que los gatos no pueden pecar son de hipócritas. El ejmplo más claro es su manera de comportarse cuando alguien llega a casa.
Cuando entra algún miembro de la familia sus orejitas le avisan de nuestra llegada, mucho antes de que nuestros pies haya rozado el primer escalón. En ese momento su cuero se vuelve rígido y sus ojo expresan el ansía por verlo entrar, lo espera en la puerta y lo acompaña hasta bien entrado el salón. Lo mismo hace cuando se trata de algún "amigo".
Cuando llegamos tarde o salimos de viaje, ella espera paciente nuestra llegada y se recuesta a nuestros pies pasando toda la noche a nuestro lado. Es de alguna manera como una madre que espera a al hijo que llega tarde. Cuantas noches habrán pasado juntas en el salón...!.
Sin embargo cuando la persona que llega no es de su agrado o a esta no le agradan los gatos con toda la educación que puede tener un gato se retira para no molestar ni ser molestada.
Todo esto lo había observado y comentado muchas veces, pero no ha sido hasta esta primavera, cuando me di cuenta, y es que Cuanto tardamos en darnos cuenta de las cosas y en dejar de tropezar en la misma piedra.
Por eso ahora sigo su ejemplo. Entrego mi tiempo, mi amor, mi alegría a los que quiero de verdad y a los que me quieren y sin perder los valores y la educación aprendidas desde niña dejo vivir a los que están a mi alrededor, sin hipocresías, sin finjir.
(...)Abandonar todo lo que no era la vida, para no descubrir,
en el momento de mi muerte, que no había vivido.
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