17 de mayo de 2005

El problema de la capacidad



Habitualmente se distingue capacidad de volumen, en que el volumen hace referencia al tamaño y/o/u/e espacio que ocupan las cosas, mientras que la capacidad lo haría a cuánto cabe en ellas.Y yo, alfonsista reconocido, me pregunto: ¿cuánto cabe en una copa? ¿cuál es la capacidad de una copa? Y es que en estos días, algunos nos tememos que muchos nos tendrenos que quedar sin presenciar en vivo y coleando o copeando la final de la Copa de S.M. el Rey (de España). El problema es la capacidad del estadio elegido: Vicente Calderón. Señoras y señores y otras personalidades múltiples: no-ca-be-mos. Y me temo, por lo observado, que existe un interés extraño por parte de algunos extraños seres en que la final de la copa se juegue en Madrid/z, concretamente en el Calderón (que es como jugarse la vida en una barca, y esta vez NO contra el Barça). El mismo día que se conocía el nombre del primer flamante finalista, empezaba a marearse (en la reidio, unos periodistas) la perdiz/d con que si en Barcelona no hay plazas hoteleras ese día, que si en Valencia juega España la semana antes (?!), que si toma jeroma, toma manuel. ¿No es mejor no quedarse a dormir en Barcelona (para el bolsillaje desde luego, y si la bolsa no sona, mejón pa ellos) que no poder ir? ¿Qué pasa si hay un partido antes? ¿o dos? ¡O los que les dé la gana del real o realísima y pontificia Gana!

Yo, queridos seres que nunca me leeréis, no lo entiendo.

Y lo último: "no, aquí no se puede que tenemos que cambiar el césped, y... además... ya había quedado..." Vamos, esto es más grande que Barcelona. Puestos a este juego, yo me lanzo a proponer soluciones para Sol-u-cionar (del verbo un gran rayo de luz verdiblanca sobre tí):

-Sugiero al consejo de administración de Real Betis Balompié, a todos sus empleados, jugadores y afición al completo, que al llegar a Madrid el día D, se dirijan todos al Santiago Bernabéu, ataviados todos con un casco de obrero español, y poco de yeso en la cara, y un mono. Los jugadores irán en calzonas y con las botas. -Oiga, ustedes dónde van. - Venimos a lo que es mayormente las obras del Bernabéu...  -¿Y las medias del Betis son necesarias?  ¿Y la estampa del Gran Poder ahí también, señor Lopera? ¿45.000 personas para cambiar un cespesito? -Uuuuu... no sabe usted cuántas hojitas de césped hay que plantar con mimo exquisito...

Y todos para dentro. Una vez allí, a entonar cánticos del tipo "del barco de chanquete...", y a proponer "un desafío" a los de Pamplona. Hasta que acepten jugar allí.

Y si se empeñan en que tienen que empezar a cambiar el maldito césped, que empiecen en una mitad del campo, y nos jugamos la final en una Reina a parejas.

Algunos ven problemas donde sólo hay incapacidad. Nunca mejor dicho, como ya habrás entendido...

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